Un antibiótico es una sustancia química que actúa sobre las bacterias matándolas o bien impidiendo su crecimiento en nuestro organismo. Por eso, sólo cura las infecciones bacterianas.
Los antibióticos pueden ser de dos tipos: bacteriostáticos, que bloquean el crecimiento y la multiplicación celular, y bactericidas, que producen la muerte de las bacterias.
Las pruebas de acción en el laboratorio muestran cuál es la cantidad exacta de la droga para frenar la reproducción o eliminar a las bacterias.
El abuso de antibióticos hace que aumente el número de bacterias que se hacen resistentes a ellos, de forma que dejan de ser eficaces. Por eso, no debemos usar antibióticos salvo que nos los prescriba el médico.
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